¿Qué pueden hacer las administraciones para contribuir a reducir la contaminación auditiva? Tienen diversas opciones como por ejemplo proteger determinadas zonas (áreas de campo, espacios de interés natural, parques urbanos, etc.) del ruido, establecer normativas preventivas y correctivas (distancia obligatoria entre zonas residenciales y focos de ruido como los aeropuertos, multas si se superan los límites de ruido, etc.), aislar acústicamente los edificios de nueva construcción, crear zonas peatonales con horarios de circulación restringidos para la carga y descarga, sustituir el asfalto habitual por otros más eficaces que reducen hasta 3 dB el ruido de la calle, entre otras.
El control de ruido industrial en España se regula por una norma incluida en el Real Decreto 1316/89 (sobre la protección auditiva de los trabajadores), amparada por el artículo 7 de un decreto europeo del año 1990 que controla el impacto acústico en los entornos de trabajo, donde se especifica que los niveles de ruidos permitidos en la industria se sitúan en los 90 dB. Por encima de este valor, el empresario está obligado a analizar sus causas y poner las medidas oportunas para que no se superen.